lunes, 11 de mayo de 2009

Fue por amor


"Y allí estaba yo...


Era de noche, y la escena venía repitiéndose hace algunas semanas. Mis ojos estaban fijos en la vereda, mi rostro estaba sucio, mi ropa mojada y mi cuerpo tiritaba; tanto fue el tiempo de estar ahí… Triste escena; un paisaje oscuro, yo sentada en el suelo, apoyada en la pared, y el frío calándome los huesos.
Entonces, mientras en mi mente y corazón te buscaba entre mis recuerdos, mi alma gritaba que volvieras a mí, pero mis labios permanecían inmutables...


Y de pronto tu apareciste, ahí, solo te observé de reojo, no quise verte de frente, me avergonzaba mi situación... Tú avanzaste y sin importar el lugar que fuese, te sentaste a mi lado. Recuerdo que vestías de blanco, no con exactitud las prendas, pero si que tu atuendo era perfecto, sin ninguna mancha, y no te importó sentarte sobre ese suelo lodoso, no te importó ensuciarte para acercarte a mi.


Ahí estuvimos, haciéndonos compañía en medio del silencio.


Mis ojos no se cerraban y seguían fijos... vimos, sin observar, como la neblina nos cubría con sus fríos brazos, vimos escarcharse todo el césped a nuestro alrededor, vimos como las mantas de oscuridad nos cubrieron, y vimos, al final, como aparecieron los primeros rayos de sol sobre nuestras cabezas... Y ahí estuviste Tu. No te apartaste. Aún cuando creí haber sido olvidada por ti; allí estabas. Y no quisiste llevarme a ningún lugar, esperabas mi reacción, mi decisión.

Cuando el sol ya se instalaba en su lugar, entonces, me puse de pie, me había decidido a salir de donde estaba, y cuando te levantaste detrás de mi, caí en tus brazos... no supe más...
Cuando desperté mi vestido era otro; mi rostro, mis manos, cabello y uñas estaban relucientes... Estaba acostada en una cama preciosa, y había tenido un sueño totalmente placentero, y a mi lado estabas tú, con era mirada dulce, observándome; tu rostro lo dijo todo... me amabas; y yo no quería alejarme otra vez de ti.
Aún agradezco que me hayas rescatado de ese hoyo, que me hayas acompañado, y que hayas respetado mi decisión. Que estando yo así... aún como jamás pensé estar, no hayas mirado la miseria que me rodeaba sino la fragilidad y la sinceridad de mi corazón...”

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