miércoles, 2 de junio de 2010

Inefable.

¿¡Qué sentido tiene!? Me gritó mi madre antes de salir…

Seguro ella no podía entender lo que yo estaba sintiendo. Y la verdad es que yo tampoco lo entendía a cabalidad. No sabía con certeza lo que se gestaba en mi corazón. Quizás porque nunca lo había experimentado antes. No sabía que podía ser niña. No sabía que había un Padre Amoroso esperando que decidiera mirarlo. ¡El ya me había adoptado! Y yo era incapaz de verlo… Estaba ciega. Y no comprendía.
Mi estrecha mente no razonaba en el momento en que salí de mi hogar.
Me dirigí a un parque hermoso, que sólo había visto antes mientras dormía. ¡Un lugar tan maravilloso solo podría ser real en un sueño! Y yo lo encontré.
Cuando pisé ese césped, corrí desesperadamente alrededor de aquel campo, no podía detenerme ni dejar de sonreír. Era espectacular. ¡No podía ser mejor! Era mi felicidad en plenitud. Seguía moviéndome. Hasta que caí al suelo. Al pasto. Lo toqué. Lo sentí. Lo respiré. Sonreí. Fue una sensación de ensueño. Inexplicable…
¡Fui niña! Y experimenté esa confianza impresionante… de tener los ojos de mi Padre sobre mí, cuidando que nada pasara. Me dejaba jugar, y disfrutaba de mi felicidad. Jajajaja… no podré dejar de sonreír. ¡Aún menos ser feliz! Soy una niña en tus brazos.

¡Qué paz!

No hay comentarios:

Publicar un comentario